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El compromiso perenne de Francesco Rosi en su cine más contemporáneo, a
través de su obra Dimenticare Palermo (Olvidar Palermo)
rie Los Sopranos (1999-2007), de David Chase,
interpretada por James Galdonni.
En el ámbito de las artes escénicas y cinemato-
grácas, la maa, de alguna forma, se ha con-
vertido en la carta de presentación de la iden-
tidad isleña, íntimamente ligada al concepto de
sicilianidad y, por lo tanto, entendida como el
aglutinante de la propia cultura de la isla. La
presencia de la violencia en el imaginario sici-
liano no sólo está presente en el cine y en la
literatura, sino incluso mucho antes de que
fuera reconocida como un rasgo propio. Ya en
la obra de teatro popular I mausi de la Vicaria,
de Giuseppe Rizzotto y Gaspare Mosca, escrita
en 1863, se describe un mundo compuesto y
gobernado por maosos en la prisión de Pa-
lermo, aunque bajo una connotación positiva
(Cannizzaro, 2019).
En 1890, la ópera de Pietro Mascagni Cavalle-
ria rusticana, basada en la novela homónima
de Giovanni Verga, describe al sur de Italia
como una tierra de campesinos analfabetos,
de hombres ferozmente celosos de sus mu-
jeres, con tradiciones arcaicas y prisionera de
los sentimientos y las pasiones primitivas. Estos
elementos también quedan plasmados en las
diversas versiones cinematográcas de otras
novelas de Verga, como son La storia di una ca-
pinera (Giuseppe Sterni 1917, Gennaro Righelli
1943 y Franco Zerelli 1993), Los Malavoglia
(argumento de La tierra tembla de Luchino Vis-
conti, 1948) y el texto teatral de 1886, La lupa,
llevada al cine por Alberto Lattuada en 1953.
Finalmente, es necesario recordar el interés del
séptimo arte por la obra literaria de Leonardo
Sciascia que denuncia la connivencia entre el
estado y la maa en El día de la lechuza (1961),
A cada uno lo suyo (1966) e Il contesto (1971).
Todas ellas fueron llevadas al cine por Damia-
no Damiani (1968), Elio Petri (1967) y Francesco
Rosi (1976). Este último cambió el título en Ex-
celentísimos cadáveres.
A diferencia de los textos anteriores, este últi-
mo se propone subrayar la dimensión nacional
e internacional
1
de esta poderosa organiza-
ción criminal, así como ocurrió en sus Salvato-
re Giuliano (1962), Il caso Mattei (1972) y Lucky
Luciano (1973) y, denitivamente, en Dimen-
ticare Palermo (1990). Es un autor vinculado a
la sensibilidad cinematográca de la moderni-
dad; es decir, conjuntamente atento al relato
y a su forma de construcción (Stefani, 2019).
En su último viaje a Sicilia, aúna una estructu-
ra narrativa lineal en un intento por respetar la
construcción del relato original, punto de par-
tida del argumento del lme. Se trata de una
novela escrita por la periodista francesa Ed-
monde Charles-Roux, que ya había cosechado
cierto reconocimiento en el ámbito literario. La
autora, hija de un embajador del cuerpo diplo-
mático, creció en el periodo de entreguerras,
rodeada de diversas culturas europeas. Llegó
a vivir en Praga, en la antigua Checoslovaquia,
y en Roma, en la embajada gala del Vaticano.
Sin embargo, lo que marcaría su devenir y la in-
tención de plasmar sus vivencias en una histo-
ria fue su estancia en Sicilia y la fascinación que
sentía por Palermo. Allí, en la isla, vivió situacio-
nes intensas, que permanecerían estampadas
de por vida en su memoria y que nutrirían de
contenido a su obra. Cerca del antiguo merca-
do de la Vucciria, situado en el Centro Histórico
de la capital siciliana, presenció una agresión
con arma blanca por motivos de celos, en la
que un ciudadano norteamericano reputado,
de raíces autóctonas, acuchilló a un vendedor
de pescado fresco.
Tanto el contexto geográco de origen de la
autora como del protagonista del relato asegu-
1 En realidad, ya en la película Maoso (1962, dirigida por
Lattuada y escrita por Azcona y Ferreri) se ilustraban los
vínculos internacionales de la Maa. Sin embargo, la pre-
sencia del cómico Alberto Sordi como protagonista diluyó
la intención critica inicial.